El 16 de marzo 1992, en Sant Feliu de Pallerolls, los propietarios de 12 casas de payés crearon la asociación Turisme Rural Girona para poder desarrollar un nuevo modelo de turismo rural de calidad en las comarcas gerundenses, con el objetivo de dinamizar la actividad económica en las zonas rurales.
Treinta años después, la entidad se ha convertido en un modelo de asociación profesional y ejemplar, referente del turismo rural catalán, y una de las más consolidadas del estado español con más de 240 establecimientos de turismo rural asociados. Es una asociación viva y activa gracias a todas las personas implicadas: Junta Directiva, asociados, técnicos y entidades.
Para conmemorar este hecho, se está trabajando en un programa de actividades dirigido a los asociados y a los clientes de las casas rurales, que se presentará públicamente durante la primavera. También se está trabajando en la revisión del portal web para dar visibilidad a todos los servicios que las casas rurales asociadas tienen a su disposición para ayudarles en la gestión diaria.
El origen del turismo rural
Para entender la creación la Asociación Turismo Rural Girona – Costa Brava – Pirineo nos tenemos que remontar en los años sesenta del siglo pasado cuando lo del Ministerio de Agricultura y de la Subsecretaría de Turismo del Estado Español crea el “Programa Vacaciones en Casas de Labranza” para ayudar a incrementar los ingresos de los agricultores dejando que alquilaran algunas de las habitaciones de casa. El Programa se basaba en la convivencia con la familia de agricultores y conocer su manera de vivir.
Posteriormente, en los años ochenta del siglo XX, la comunidad autónoma de Cataluña es la primera en el Turismo Rural con el Decreto 365/1983, del 4 de agosto donde se regula la modalidad de alojamiento “residencia casa de campesino” con el fin de promover los recursos turísticos de sus comarcas. Durante los años siguientes los propietarios de este tipo de alojamientos experimentaron un gran incremento de la oferta y fue por este motivo que se creó el Decreto 214/1995, 27 de junio donde se regula la modalidad “residencia casa de campesino” en tres grupos: masía, casa de pueblo y alojamiento rural independiente.