El Casco Antiguo de Sant Joan de les Abadesses

Plaça Major

Si te adentras en el Casco Antiguo de Sant Joan de les Abadesses y te paseas por sus calles, descubrirás los pequeños detalles medievales que todavía esconde. Como las anillas para el ganado que se conservan adheridas a las paredes donde antiguamente los ataban o parte de la muralla que rodeaba la villa para protegerla de posibles ataques enemigos. En el Parque de la muralla, ubicado en uno de los perímetros del casco antiguo, como se lo denomina actualmente, podrás observar el trozo de la fortaleza que mejor se ha conservado, mientras disfrutas de la tranquilidad de los jardines diseñados por el arquitecto y escultor santjoaní Francesc Fajula. Además, el Casco Antiguo está dotado de múltiples fuentes naturales de agua que podrás conocer en su recorrido.

Creada de nuevo a principios del siglo XIII, la organización del Casco Antiguo de San Joan sigue el esquema de las antiguas ciudades romanas, con calles paralelas y perpendiculares y una plaza central que lo vertebra todo. La Plaza Mayor todavía conserva algunos comercios y es donde actualmente hay el ayuntamiento. El mercado semanal que se hacía desde el siglo XIII por concesión de Jaume I, se trasladó en el paseo Conde Guifré a finales del siglo XX.

Plaça Major. Sant Joan de les Abadesses

 

En la antigüedad, las calles tenían varias funciones; unas se destinaban al paso de peatones, algunas eran para los animales y otras se ubicaban los oficios. Las primeras tenían las fachadas más bonitas como la calle Major, Comamala, Pere Planas o Jussà. Las dedicadas al paso de ganado también se usaban para los carros y las actividades insalubres como era el caso de las calles Pere Portussa, Ponç de Monells, Asprer o Talrich. Por último, las dedicadas a los negocios todavía conservan los nombres de las profesiones que se desarrollaban, como la calle de los Canonaires o el de los Tintes.

Con la colaboración del Ayuntamiento de Sant Joan de les Abadesses.