Incendiada durante la invasión francesa de 1285, Peralada fue una de las villas más importantes en el proceso de construcción de Cataluña durante la edad media: capital de uno de los primeros condados catalanes; señoría de una de las más antiguas familias vizcondales, los Rocabertí, y patria de Ramon Muntaner, el gran cronista de la expansión catalana por el Mediterráneo.
De este interesante pasado aun encontramos: el claustro de Sant Domènec y las piezas expuestas en el Museo de la Villa; las murallas; el Castillo; el convento del Carmen, que también es la sede del Museo del Casillo; la iglesia de Sant Martí y las capillas de los alrededores del centro histórico; el trazado tortuoso de las calles y los oficios que les dan nombre; los casales góticos de la plaza Gran; el antiguo convento de Sant Bartomeu y primer castillo de Peralada; las masías, castillos y una serie de caminos que los unen desde tiempos inmemoriales.
El rico pasado de Peralada espera a los visitantes con un importante patrimonio medieval. destaca el claustro románico del antiguo convento de Sant Domènec, de los siglos XII-XIII, actualmente aislado del que había sido el edificio que lo contenía. Desde que fue la sede de las comunidades de frailes agustinos y de dominicos, pasando a ser un espacio de hospital y cuartel, hasta el actual uso como parte de un espacio museístico, esta joya del patrimonio ampurdanés sigue recibiendo a todo el mundo que se interese por el patrimonio. Conserva también columnas y capiteles con escenas bíblicas y de la vida cotidiana de la época medieval. Recientemente restaurado, ya hace más de 90 años que se catalogó como Bien Cultural de Interés Nacional, todavía dentro del edificio del convento. Como parte del Centro de Turismo Cultural Sant Domènec, comparte espacio con la Crónica de Ramon Muntaner, las excavaciones íberas de los orígenes de Peralada y otros elementos arqueológicos que ayudan a entender la importancia de su pasado.
También es muy importante el núcleo de Vilanova de la Muga, con la esclusa del conde (siglo XVII) y la milenaria iglesia de Santa Eulàlia. En la nave central de esta última se conservan las pinturas románicas, también restauradas recientemente, que combinan murales románicos (s. XII-XIII) con góticos descubiertos recientemente (s. XVII-XVIII).
Peralada es tierra de paso y por este motivo podemos encontrar varias rutas e itinerarios para hacer, tanto a pie como en bicicleta. Incluso se pueden encontrar algunas ya preparadas para recorrer en coche, para descubrir varios puntos, como espacios medievales o enoturísticos. Todas son aptas para cualquier tipo de visitante; circulares y lineales; locales, interurbanas y transfronterizas; con llegadas a espacios del entorno como los Aiguamolls de l’Empordà, las playas ampurdanesas o los Pirineos; sin olvidar recorridos por caminos que atraviesan el propio municipio como la ruta histórica, la ruta literaria de Ramon Muntaner o entre espacios singulares como Sant Nazari de las Olives o la capilla de Sant Amanç de Morassac.
Con la colaboración del Ayuntamiento de Peralada.